Hace algunas entradas, os hablaba de la importancia de la motivación y la autoestima, pues bien, hoy os quiero hablar de un tema que está muy relacionado con ello: "Educar en positivo", aunque si os dais cuenta, en educación está todo muy vinculado; podemos decir que todo es consecuencia de todo.
Muchos de los alumnos que posee algún trastorno, sobre todo algunos como el TDAH, o trastornos de comportamiento viven castigados, y seguro que si conocéis algún caso, estáis asintiendo con la cabeza. En eso se basa la educación en positivo, pues como os habré comentado muchas veces, el refuerzo negativo o los castigos están perdiendo terreno respecto a lo contrario, el refuerzo positivo y el premiar todo lo bueno que se consigue.
Os decía lo de los alumnos con trastornos, porque la reacción de vosotros como padres, o simplemente como familia, es castigar todo aquello que hace mal, todas aquellas travesuras que realizan a lo largo del día, pero recordad que además de no ser el camino correcto, los alumnos con dichos trastornos suelen ser muy nerviosos, puesto que está implícito en las características de lo que poseen, de modo que no lo hacen a posta, (vale, algunas travesuras sí, pero no dejan de ser niños).
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¿Qué debemos hacer ante este tipo de comportamientos y situaciones? ¿castigarlos para que aprendan a no hacer eso? Podemos hacerlo, pero os aseguro que el efecto no va a ser el mismo que si valoramos todo lo bueno que hacen, que es mucho, os lo aseguro. Si comenzamos a cambiar esas cosas en casa, a reforzar positivamente sus valores, sus actuaciones, o simplemente sus palabras, el niño se sentirá más valorado, más seguro de sí mismo y ya no sentirá que siempre es el que hace mal las cosas y el que siempre se lleva la regañina. ¡Ojo! Con ello no estoy diciendo que no tenga que saber las cosas que están mal hechas y las cosas que no se hacen. No todo es de color rosa, pero tampoco lo es de color negro.
Con este tipo de cambios en su educación conseguiremos efectos no solo en el niño, también el ambiente en casa estará más relajado y la armonía será mayor. A todos nos gusta que nos digan lo bien que hemos hecho algo o lo mucho que nos valoran y confían en nosotros, ¿cierto?, pues imaginaos los más pequeños de la casa, que no cuentan con la madurez que hemos alcanzado nosotros, que son muy inocentes y vulnerables. Cuanta más educación positiva realicemos, mayor autoestima presentarán nuestros hijos y en consecuencia, serán personas más seguras, hecho que tiene unos beneficios innumerables para ellos. Es una cosa muy sencilla pero que provoca muchos desencadenantes.
Por cierto, cuando hablamos de premiar, no me refiero precisamente a refuerzos materiales, hablamos de premios naturales, como puede ser simplemente palabras positivas o un paseo por el parque el día que haya logrado una serie de objetivos que vosotros consideréis importantes.
Os animo a que probéis este tipo de actuaciones, a probar lo que es "educar en positivo", seguro que os alegráis de no estar constantemente en una lucha con vuestros hijos. ¡Ánimo!